Comercio y Negocios

La última tendencia de la Generación Z en el trabajo es el ‘desjefeo consciente’

Rebeca Márquez, Senior Consultant en Robert Walters

Según datos de la consultora de talento Robert Walters, alrededor del 52 % de los miembros de la Generación Z admiten no querer avanzar a cargos de más responsabilidad

Ciudad de México, 28 de septiembre de 2024.— Dicen que cada día es una experiencia de aprendizaje, y la lección de hoy requiere familiarizarse con una nueva adición al vocabulario: “desjefeo consciente” (por su original en inglés “conscious unbossing”).

El término suena sospechosamente orwelliano, pero en realidad se refiere a un creciente grupo de jóvenes en el lugar de trabajo que se niegan a escalar en su carrera hacia cargos de jefatura, aparentemente contentos con evitar los ascensos.

En este glosario de nuevos términos en tendencia en el lugar de trabajo, encontrarás “desjefeo consciente” junto a otros como “renuncia silenciosa” (cuando un empleado deja un trabajo de forma emocional antes de informar formalmente a su empleador que se va y hacer lo mínimo requerido, en un intento de restaurar el equilibrio entre el trabajo y la vida) y “resentimiento” (cuando los empleados activamente no les gusta su trabajo, pero se quedan de todos modos).

El desjefeo consciente es, naturalmente, una cosa de jóvenes profesionales. Según datos de la consultora de talento Robert Walters, alrededor del 52 % de los miembros de la Generación Z admiten no querer avanzar a cargos de más responsabilidad.

En este punto, muchos están sacudiendo la cabeza y lamentando “los jóvenes de hoy”, que pasaron demasiado tiempo de sus años formativos frente a una pantalla, y así sucesivamente.

Pero cuando escuchas su razonamiento para esta decisión, en realidad tiene algo de sentido. Ellos creen que la promoción es sinónimo de molestias, ya que los nuevos roles con mayor responsabilidad no pagarían lo suficiente para compensar los niveles de estrés involucrados. La única promoción que les interesa implica tener mayor bienestar primero antes que un aumento de salario.

No te equivoques: el deseo de “desjefear” ha existido durante años, quizás desde que comenzamos a organizarnos en grandes instituciones. Simplemente se ha vuelto más prevalente en una era digital post-Covid.

Profesionales de cargos intermedios suene quejarse de tener horas más largas, presión desde arriba y abajo (nunca estuve seguro de cuál era peor) y la expectativa de estar “presente” en la oficina, nos comenta Rebeca Márquez, Senior Consultant en Robert Walters, y agrega: “La investigación ha demostrado que los gerentes intermedios han sido el grupo más propenso a decir que su carga de trabajo es inmanejable, y que su trabajo está afectando su bienestar mental. Sus roles a menudo combinan una responsabilidad significativa tanto por el rendimiento de otros como por su bienestar, sin la alta agencia y recompensas de roles más senior o la relativa falta de responsabilidad de roles más junior.”

Frente a una crisis de atracción de talento en Chile y el mundo, las empresas están en modo de escucha. Eliminar capas innecesarias de gestión no solo ahorrará dinero, sino que empoderará al personal, ofreciendo a los trabajadores mayor poder de decisión y flexibilidad. Esto, a su vez, elimina obstáculos que dificultan la innovación, mejorando el acceso a los jefes superiores que pueden detectar y capitalizar buenas ideas que de otro modo se perderían en su camino hacia arriba.

Eso no quiere decir que el desjefeo consciente sea todo positivo; también puede haber desventajas. Sin duda, allanará el camino para fuerzas laborales desorganizadas y caóticas, con tareas clave quedando en el camino. El personal ambicioso también puede sentirse frustrado por la falta de oportunidades de avance.

Los empleadores más inteligentes se están adaptando. Como es el caso de Robert Walters, que ofrece una ruta de carrera para sus reclutadores – y ahora también para los empleados de back-office – que no quieren gestionar personas. En lugar de progresar de consultor senior a gerente, pueden convertirse en principal, luego en principal senior, y luego en director de negocios, ninguno de los cuales implica deberes de gestión de línea. Esto tiene sentido. Sus reclutadores son las personas que generan el dinero.

“Recuerdo hablar con un ejecutivo de seguros que lamentaba el hecho de que sus mejores vendedores inevitablemente eran ascendidos a roles de gestión para los que no siempre estaban bien preparados, en detrimento del negocio. Permitirles avanzar mientras siguen haciendo lo que mejor hacen parecería ser el enfoque empresarial inteligente”, comenta Márquez.

Escondido en la encuesta de desjefeo consciente hay un rayo de esperanza para las empresas chilenas: más de un tercio (36 %) de los encuestados están resignados a tener que asumir un trabajo de liderazgo de personas y gestión “en algún momento de su carrera”.

Actualmente pueden no sentir que los salarios mejorados compensen adecuadamente el estrés adicional. Pero con los precios de las viviendas en Chile donde están, el nivel de endeudamiento de los jóvenes y las condiciones económicas, es posible que esta generación se vea algo forzada a repensar su estrategia.
Fotografía: Robert Walters

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