Cultura

Teotihuacan. Ciudad de los Dioses

Al concluir su periodo de exhibición en el Museo Nacional de Antropología, la exposición iniciará su recorrido por museos europeos

teotihuacan-18-mayo-09Concebida para ofrecer al público nacional y extranjero una novedosa y amplia visión de la que se considera la más poderosa e influyente urbe de su época en Mesoamérica, la exposición Teotihuacan: Ciudad de los Dioses llega a la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional de Antropología (MNA) donde se exhibirá del 19 de mayo al 16 de agosto, para luego recorrer museos de varias naciones europeas.

Con esta muestra integrada por 430 piezas calificadas como obras maestras y considerada la más completa y excelsa hasta ahora reunida en torno de esa cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rinde homenaje póstumo al recientemente fallecido arqueólogo Felipe Solís Olguín, quien además de ser director del MNA, tenía a su cargo la curaduría de la muestra y era uno de los más reconocidos estudiosos de la cultura teotihuacana.

Los arqueólogos Leticia Pérez, subdirectora de Exposiciones Internacionales del INAH, y Diego Sapién, quien trabajó en el montaje al lado de Felipe Solís, explicaron que esta nueva visión de la importancia e influencia de Teotihuacan en el mundo mesoamericano, se da mediante el abordaje de nueve ejes temáticos, entre los que figuran ideología, jerarquía y poder, urbanismo y arquitectura, artes, sociedad y cosmovisión.

Recordaron que en su tiempo (150 aC–650 dC), Teotihuacan llegó a ser la sexta ciudad más grande del mundo —abarcaba unos 25 kilómetros cuadrados y tenía más de cien mil habitantes—, sólo detrás de otras como Constantinopla y Alejandría, de ahí que a pesar de su enigmático abandono, los pueblos que le sucedieron sumaron a esa percepción de urbe poderosa e influyente, una aureola de sitio mítico, de escenario de eventos fundadores.

Indicaron que Teotihuacan. Ciudad de los Dioses resume un siglo de investigaciones arqueológicas en ese sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Incluye materiales localizados a inicios del siglo XX durante las exploraciones dirigidas por Leopoldo Batres —bajo los auspicios del gobierno porfirista y con miras al Centenario de la Independencia—; hasta hallazgos recientes en la Pirámide de la Luna y en Xalla, al norte de la Pirámide del Sol, que representan entre 35 y 40 por ciento de la totalidad de las piezas.

Los entrevistados informaron que al igual que en la Nave Lewis del Parque Fundidora de Monterrey —donde se presentó hasta enero pasado—, en el MNA la muestra cubrirá una superficie de aproximadamente tres mil 500 metros cuadrados.

Cabe mencionar que las más de 400 piezas que se mostrarán, proceden de los acervos del propio Museo Nacional de Antropología, museo y zona arqueológica de Teotihuacan, además de los museos Diego Rivera Anahuacalli y Templo Mayor (ciudad de México), Amparo (Puebla), de Historia Mexicana (Monterrey), de Antropología de la Universidad Veracruzana, regionales de Michoacán y de Yucatán, y Fuerte de San Miguel (Campeche), así como la Fundación Televisa y el Instituto Mexiquense de Cultura.

Estará complementada con efectos multimedia en torno al desarrollo de esta megaurbe, a partir del trabajo realizado desde mediados del siglo XVI por una gran cantidad de investigadores, entre los que figura Carlos de Sigüenza y Góngora, hasta llegar al siglo XXI, principalmente especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como el maestro Rubén Cabrera.

Poder e influencia
La introducción a la exposición estará enmarcada por una pieza majestuosa, el Jaguar de Xalla, un importante conjunto dentro de la ciudad, del que se cree pudiera ser el centro político de la urbe.

La sección de cronología pretende, de forma interactiva y con el apoyo de elementos mediáticos, representar una breve historia de los acontecimientos desarrollados en la ciudad.

La parte dedicada a urbanismo y arquitectura refiere que Teotihuacan fue la primera ciudad prehispánica con una planificación basada en estudios de tipo arqueoastrónomico que posibilitaron la traza de un eje principal (la Calle de los Muertos), cuatro barrios y una serie de conjuntos habitacionales.

Distintas expresiones del arte teotihuacano, sobre todo escultura monumental, de formato mediano y menor, mostrarán rasgos característicos de la sociedad teotihuacana y su necesidad por consolidar una identidad como gran metrópoli.

La zona central de la muestra incluye una reproducción museográfica de la Calle de los Muertos, en la que se ambientan las grandes pirámides y la propia avenida que da el sentido urbano a la ciudad. En esta quinta sección se mostrarán algunos de los espectaculares hallazgos de la Pirámide de la Luna, incluida una interesante recreación del entierro 2.

Jerarquía y poder alude al control que debió ejercer el monarca —aunque varios gobernantes pudieron detentar el poder simultáneamente—, mediante las actividades comerciales y bélicas. El módulo se halla subdividido en temas como los símbolos del poder, el militarismo y el conocimiento especializado.

El siguiente apartado aborda la cosmovisión, a través de las deidades del panteón teotihuacano: Tláloc, Quetzalcóatl, Chalchiuhtlicue, los dioses mariposa, del fuego, del maíz y de la tormenta, por citar algunos; así como los rituales celebrados en torno de ellos, como el Juego de Pelota y el sacrificio.

Escultura y pintura mural congrega obras de gran formato, tanto en piedra como en pintura mural. Aquí se incluyen 15 fragmentos de murales en los que destacan representaciones de aves mitológicas, de Tláloc como dios de la lluvia y elementos de guerra.

En los talleres artesanales de Teotihuacan, concentrados en ciertas unidades multifamiliares, se produjo cerámica popular y selecta (braseros escenográficos, vasos trípodes), objetos de lítica y plumaria. En el Esplendor de los Talleres serán expuestas piezas que ilustran los distintos estilos plasmados en estos enseres, o bien, la continuidad de patrones en su diseño.

La última parte de la exposición tiene que ver con las relaciones entre Teotihuacan y Mesoamérica, en el tiempo y en el espacio. Dentro de la ciudad hubo barrios de extranjeros, de zapotecos, de comerciantes mayas, de gente de la costa del Golfo.

Un dato interesante alude al avance militar teotihuacano hasta la ciudad de Tikal (Guatemala), donde se piensa impusieron una nueva dinastía con el Señor Cielo Tormentoso, retratado en la Estela 31 de ese sitio.

Teotihuacan compartió y recibió elementos de otras regiones, pero ante todo, impuso estilos cerámicos, arquitectónicos, formas de ver el mundo y deidades, entre otros aspectos, de manera que trascendió en el tiempo.

Los especialistas subrayaron que la curaduría de Felipe Solís hace particular énfasis en mostrar la magnitud de la ciudad prehispánica, pues mediante relaciones comerciales y conquistas, extendió su dominio hacia las áreas de la costa del Golfo y occidente, y mantuvo un “vínculo de iguales” con el Estado zapoteca de Monte Albán, en Oaxaca.

Su influencia llegó hasta el mundo maya, en Kaminaljuyú y Tikal (Guatemala), Copán (Honduras), así como a urbes pertenecientes a esa misma civilización, en la península de Yucatán y en el hoy estado de Chiapas.

Al concluir su periodo de exhibición en el Museo Nacional de Antropología, Teotihuacan. Ciudad de Dioses iniciará su recorrido por museos europeos. El primero será el Musée du Quai Branly de París, Francia, del 6 de octubre de este año al 24 de enero de 2010; luego irá al Rietberg Museum de Zurich, Suiza, para presentarse del 20 de febrero al 30 de mayo de 2010; y continuará en el Martin Gropius Bau de Berlín, Alemania, donde permanecerá del 28 de junio al 10 de octubre.

Revista Protocolo

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO