Opinión de:

Un reconocimiento a la destreza y pundonor del niño Jerónimo Penagos Cobos

Jerónimo Penagos Cobos, acompañado de sus padres César Penagos Herrera y Pily Cobos González de Penagos

El ser charro, es ir a otro tiempo y a otro lugar, la charrería no es cuestión de dinero o premios, es cuestión de honor

Eunice María Castillo Espinosa de los Monteros de Vernis
Ciudad de México, 30 de septiembre de 2024.— Jerónimo Penagos Cobos
, es hijo único del estimado matrimonio formado por César Penagos Herrera y Pily Cobos González de Penagos. Jerónimo es la quinta generación de una familia charra.

Su primer regalo, el día que nació, fueron unas espuelas, regalo de su padrino abuelo, Manuel Herrera Olvera.

En la actualidad, Jerónimo tiene ocho años, la primera vez que lo subieron a un caballo tenía cuatro semanas de nacido.

Empezó a montar a los tres años de edad, lo suspendió por la pandemia del covid-19 y a los cinco años retomó las clases de montar con la maestra Carmen Romero, con entrenamientos de monta charra, monta a pelo y paso de la muerte (pasar de un caballo a otro).

Desde muy pequeño mostró gran interés por la reata, lo que la gente común veríamos como algo parecido o similar a una soga. La cual la prestigiada maestra del arte ecuestre mexicano Jessica Bretón Aguilar, me comparte que: “la reata está hecha por un material que sacan del maguey, a la que llaman lechuguilla; son elaboradas a mano, con un proceso de cuidado muy especial”.

Así tenemos que:

En el año 2020, Jerónimo inició sus clases de floreo con el profesor Gilberto Zamudio Romero, quien hasta la fecha sigue siendo su instructor. Las primeras pasadas fueron en noviembre 2022 y primeras manganas a pie, unos meses después.

Recordemos que florear la soga, es: “la acción de soltar la lazada y, antes de que cierre, dar a la soga un efecto que permita que la lazada vaya abriéndose a voluntad del charro y gire en derredor de quien la maneja”.

En el bienio presidido por el licenciado Horacio López Flores, del año 2022 a 2024, Jerónimo participó en el aniversario de la Asociación Nacional de Charros (ANCH), fue la primera vez que Jerónimo vio en vivo manganear a “Chiringas” y a Enrique Jiménez, en el 101 aniversario de la Asociación Nacional de Charros. En este año, para Jerónimo fue muy emocionante observar a los Charros de Acero en la arena San Marcos de Aguascalientes, lo que fortaleció su entusiasmo por la charrería.

En el año 2023, Jerónimo asistió a su primer campeonato estatal en Toluca con Charros de Polotitlán, Estado de México, en las suertes de colas, terna y manganas a pie. En ese año, alcanzó el primer lugar en Coleadero del Aniversario del 102 Aniversario de la ANCH, para su Primer Charro Completo, Jerónimo tenía siete años.

En esta travesía en el arte de la charrería, Jerónimo fue convocado casi todos los fines de semana a charreadas de exhibición y a torneos internos, así como Suertes: jineteo yegua y paso de la muerte. Ha acudido a todas las convocatorias con cuatro equipos, uno de charros mayores, uno infantil el equipo Identidad Rancho del charro de su tío René Gámez y en una ocasión también fue parte del Equipo Presidencial.

A su corta edad, ha tenido varias participaciones internacionales, tales como en el Rodeo de Houston, Texas (EE. UU.) en las competencias de Mutton Bustin de monta de borregos, ganó su hebilla de campeón en las dos competencias en las que participó (exclusivo para niños), además agarró manganas a pie y dio una exhibición de floreo en Charros de San Antonio, Texas (EE. UU.).

En este año, obtuvo un reconocimiento por parte de la ANCH en el circuito de manganas a pie, por ser el único niño en su categoría. Se integró al equipo Rancho M-E (actual campeón de la CDMX) en las suertes de manganas a pie y a caballo, Jerónimo es campeón estatal de manganas a pie y campeón estatal de Charro Completo en la categoría dientes de leche. Hizo además su primera participación en el Nacionalito, en Aguascalientes. Para él, fue una gran experiencia conocer niños de su edad y aún más pequeños que él con un nivel de charrería, lo cual no había visto antes.

Jerónimo hizo muchos amigos y lo disfrutó mucho
Los charros más admirados por Jerónimo son: su primer ídolo charro Chuyín Aceves Padilla cuando estaba en RG2, en la actualidad el charro al que más admira es Rodrigo Osorio (La Cuenca). Otros charros a los que y sigue son: Isaac Padilla (Huichapan) y Manuel Arellano (Tamaulipecos).

Y como todo niño, en sus favoritos lleva la marca Jeans Vaul

Suertes favoritas son: Manganas a pie y le encanta jinetear becerros y el burrito de la Asociación Nacional de Charros, que no sabe cuándo le va a reparar o si sale caminando, pero lo ha enseñado a tener confianza en él, a controlar el miedo y a disfrutar las jineteadas.

Un niño tan especial tiene también canciones favoritas, y le encantan las canciones “La Cecilia” de Humberto Herrera y “Pelea de gallos”, la versión cantada por Antonio Aguilar.

Un charro tan connotado como Jerónimo está respaldado por un gran equipo que está conformado en primer lugar por su mamá Pily, que es quien lo lleva a todas las prácticas y convocatorias, y por su papá César, que lo acompaña en todas las charreadas; a tan connotados directores se suman también sus abuelitos y tíos, así como sus caballerangos, sus instructores, la directiva de la Asociación Nacional de Charros, sus amigos (de todas las edades, niños, jóvenes y adultos), los jóvenes jinetes que lo cuidan en los cajones y en las jineteadas, y todos aquellos que lo quieren y quienes han apoyado a que él pueda “disfrutar” la charrería.

Su primer yegua, llamada La Bamba, es parte crucial del desempeño de Jerónimo en su trayectoria deportiva en la charrería adaptando su nobleza, mansedumbre y comportándose magníficamente con él.

Jerónimo cursa el cuarto año de primaria en el Instituto Inglaterra y como cualquier otro niño tiene más actividades durante la semana. Va a clases de tenis, recientemente terminó su preparación del catecismo.

También le gusta el futbol y participa como portero con los niños más chiquitos; después, con los niños de su edad, juega en diversas posiciones.

Los domingos que no va a montar a caballo, anda en bicicleta en Chapultepec y ahí juega futbol americano, soccer, practica mangana (lazo que con las manos se arroja a un caballo o toro cuando va corriendo para hacerlo caer y sujetarlo), antes de regresar a casa disfrutan de una refrescante agua de horchata y un taquito en el Pialadero de Guadalajara.

Sorprendentemente, Jerónimo además de su pasión por las manganas, tiene una afición más cuyo gusto se equipara a la charrería, y esa otra afición son los aviones, por lo que tiene más de 150 aviones. Puede jugar a despegar 20 aviones, pidiendo instrucciones a la torre de control o ver 40 minutos de videos de aterrizajes y decirte qué avión es: un Airbus A380, un Boeing 747… su película favorita es Top Gun; debido a su interés en los aviones sus padres lo han llevado a cinco Air Shows tanto en México como en Estados Unidos. La familia Penagos Cobos, es tan apasionada del sector aeronáutico que conoce los horarios en los que aterrizan los aviones más grandes que cruzan el cielo de la Ciudad de México, como el Emirates Airlines (aerolínea de los Emiratos Árabes Unidos) por ejemplo… 4:00 de la tarde, a esa hora en punto observan el cielo para admirar el majestuoso avión que pasa frente a ellos.

Vaya desde aquí mi felicitación a Jerónimo, a sus padres Pily Cobos González de Penagos y César Penagos Herrera, a sus abuelitos don Juan Bautista Cobos Vivero y doña Carolina González de Cobos, mis paisanos veracruzanos, y a don César Antonio Penagos Esquinca, originario de Chiapas, y a doña Rosalía Herrera Penagos, oriunda de la Ciudad de México, a quienes en el lienzo charro personalmente he visto la dedicación a sus nietecitos. También enviamos un saludo hasta Hungría, a su nietecita Aitana, a quien mi familia y yo observamos en el lienzo charro como toda una experta ecuestre con las clases de la maestra Jessica Bretón Aguilar; son todos una gran familia digna de reconocer y admirar por inculcar en sus pequeños miembros los usos y costumbres de nuestra patria.
Fotografía: Eunice María Castillo Espinosa de los Monteros de Vernis
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