Tecnología

Nuestra información fortalece a la inteligencia artificial

Claudia Arruñada, académica del Departamento de Comunicación de la Ibero, considera posible que nuestros datos de Facebook e Instagram ya hayan sido usados por otras herramientas de inteligencia artificial

Ciudad de México, 3 de junio de 2024.— El anuncio de que, a partir del 26 de junio de este año la empresa tecnológica Meta, dueña de las redes sociales Facebook, Instagram y WhatsApp, comenzará a utilizar los datos personales de sus usuarios y usuarias para entrenar a su inteligencia artificial (IA), derivó en videos y artículos de prensa que, afirmaban, contenían una serie de pasos a seguir para que quien lo desee pueda excluirse de este ejercicio, sin embargo, Claudia Arruñada, académica del departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, advirtió que, en el caso de las y los mexicanos, no tenemos posibilidad de escapar a este proceso, dado que no hay una reglamentación que nos proteja en este campo.

“Nos estamos preparando para habilitar nuestras experiencias de IA en Meta en tu región. IA en Meta es nuestro conjunto de funciones y experiencias de IA generativa, como Meta IA y las herramientas creativas con IA, junto con los modelos que las sustentan. Para poder proporcionarte estas experiencias, la base jurídica en la que nos ampararemos serán nuestros intereses legítimos de usar tu información para desarrollar y mejorar IA en Meta”, señalaba el comunicado de la marca que opera a Facebook e Instagram y que fue enviado a sus usuarios y usuarias el fin de semana reciente.

“Meta tiene sus bases de datos que todas y todos hemos ido alimentando en los años que lleva existiendo, porque parte de los términos y condiciones que firmamos y que no nos dimos cuenta porque no necesariamente nos pusimos a leerlos, marcan que al momento que abrimos nuestra cuenta y empezamos a interactuar con ella, aceptamos que toda esa información queda en una base de datos que le pertenece a Meta, aunque cierres tu cuenta y la borres”, explicó Arruñada, especialista en desarrollo de estrategias digitales y de ciberseguridad, en entrevista con Prensa IBERO.

Entendiendo los orígenes

Para entender la situación, señaló la profesora, es necesario saber cómo funciona una inteligencia artificial: “muy independientemente de cómo el imaginario público la tiene más o menos conceptualizada, como un robot autónomo, la realidad es que, hoy en día, es un modelo estadístico, que lo que hace es que se le pone una base de datos y se le enseña que a partir de esa información pueda generar una respuesta con base en la lógica o la racionalidad de tu instrucción”.

Por ejemplo, señaló Claudia Arruñada, las imágenes de inteligencia artificial que se generan en servicios como Midjourney parten de una base de datos proporcionada en algún punto por quienes los crearon, que se compone de todo tipo de archivos visuales: “imágenes tipo ‘Pixar’, obras artísticas, fotografías…”.

“El anuncio de Meta representaría la primera ocasión que una compañía, directa y abiertamente, te está diciendo a la cara ‘voy a usar tu información’. Creo que esa es la parte escandalosa.”

Otra muestra que mencionó la maestra de la Ibero hace referencia al chatbot ChatGPT, que, al inicio de sus operaciones, en noviembre de 2022, explicaba a quienes lo utilizaban que sus datos estaban delimitados hasta 2021, debido a la actualización de sus bases de datos.

Recientemente, Prensa IBERO conversó sobre ChatGPT con el coordinador de nuestra Ingeniería en Tecnologías de Cómputo y Telecomunicaciones, Mtro. Jorge Rodríguez García, quien comentó que se han detectado errores en la aplicación en temas de programación.

Claudia Arruñada habló también sobre los errores de la inteligencia artificial y narró un caso en el que ChatGPT recomendó utilizar pegamento blanco para espesar una salsa para pasta, basado en información que compartió un bromista en un foro de discusión de internet.

Debido a la información falsa que puede surgir de un generador de inteligencia artificial, especialistas recomiendan siempre verificar los datos; pero incluso, a través del machine learning, disciplina que trata de dotar a las máquinas de la capacidad de aprender por sí mismas y realizar tareas de forma autónoma, quienes desarrollan tecnología realizan análisis que permitan enmendar este tipo de situaciones.

Con el machine learning, detalló Arruñada, una máquina o generador “va aprendiendo, no se queda en un solo paso en el que toma información”, y con la retroalimentación de usuarios va generando conocimiento y anexando este a su base de datos.

“Entendamos que las inteligencias artificiales necesitan de un sustento o de una base para empezar a funcionar y para empezar a aprender, además de la interacción del usuario”, resumió Claudia Arruñada, pero criticó que no sabemos exactamente de dónde salieron las bases de datos que dieron su forma inicial a la mayoría de este tipo de programas, lo que representa “uno de los meollos éticos que ha tenido la inteligencia artificial desde que se volvió pública o cotidiana”.

De hecho, desde la opinión de la experta, es probable que, si te has encontrado con una imagen generada con inteligencia artificial con rasgos similares a los tuyos, es porque alguna base de datos o procesador ya tomó alguna de tus fotografías.

En ese sentido, el anuncio de Meta representaría la primera ocasión que una compañía “directa y abiertamente te está diciendo a la cara ‘voy a usar tu información’”, puntualizó la docente de Comunicación: “Creo que esa es la parte escandalosa.”

Y es que, insistió Arruñada, Meta no necesita recolectar o ponerse a comprar datos como probablemente hacen otras empresas que desarrollan inteligencia artificial. “Ellos están en el entendido de ‘ya tengo una base de datos cautiva, la voy a usar’, y esa es la modificación que están haciendo a sus términos y condiciones: ‘Todo lo que me aceptaste que ibas a compartirle al fantástico mundo del internet, lo voy a utilizar porque lo aceptaste cuando abriste tu cuenta’.”

El internet no olvida

Sobre la posibilidad de poder borrar tus datos de internet para así evitar que sean utilizados en la creación de productos con inteligencia artificial, Claudia Arruñada lo consideró muy complicado: “si puedes hacer un borrado paulatino, pero la probabilidad de que te borres por completo es muy pequeñita”.

La mejor forma de no brindar mucha información a las bases de datos que dan vida a la inteligencia artificial es interactuar y subir cosas a internet “lo menos posible”, dijo nuestra profesora, quien también cree que puede llevarse una línea de nuestra imagen en internet, por ejemplo, siendo profesor, solo compartiendo recursos académicos o cuidando que el rostro solo se muestre en eventos propios de la profesión, pero “es un trabajo muy estructurado, muy pensado, que no necesariamente tenemos la vida para hacerlo y en este atractivo de la difusión, de la exacerbación de vivir de generar contenidos, la realidad es que se ha convertido en una cultura de lo cotidiano estar subiendo desde qué desayunaste hasta tus opiniones sobre las elecciones”.

Incluso hacer un pequeño comentario negativo en Amazon es dejar “una huella pequeñita de quién eres, y alguien puede tomarlo de ahí y descontextualizarlo”, ejemplificó la maestra.

Para Claudia Arruñada, lo que sí sucederá en el caso de Meta, es que los datos se discriminarán entre lo más valioso y lo menos, y es que hay que tomar en cuenta que hasta finales de 2023, Facebook tenía casi tres mil millones de usuarios; Instagram unos dos mil millones; y WhatsApp unos dos mil millones también: “toda esa información es una olla gigante”.

“El comentario que le dejaste a tu abuelita en 2010, a lo mejor no va a ser tan relevante como el comentario que dejó Justin Bieber en su cuenta personal, y quizá Meta le va a dar mayor prioridad a aquellas cosas que marquen la línea de tendencia”, mencionó Arruñada.

México, “en pañales” en inteligencia artificial

A raíz del anuncio de los cambios de privacidad de Meta, medios de comunicación e influencers europeos compartieron videos y artículos de prensa que afirmaban tener una receta con los pasos a seguir por quien no quisiera ceder sus datos para el desarrollo de inteligencia artificial; esta información no aplica para México, donde “desde la legislación, desde los corpus reglamentarios, no existen ni leyes ni buenas prácticas ni estructuras legales que te protejan como consumidor”, lamentó la profesora universitaria, quien indicó a Prensa IBERO que trató de seguir los pasos para reservar sus datos, encontrando que en México ni siquiera es posible acceder al menú de opciones de configuración al que se hace referencia.

Esta situación, dijo Arruñada, afecta también a América Latina e incluso a Estados Unidos, donde “si bien se está hablando más sobre reglamentación en términos de uso de imágenes y contenidos, también en algunos puntos se está cediendo”.

En Estados Unidos, detalló la académica, las reglas de copyright marcan que si una imagen se genera en un servicio de inteligencia artificial, la propiedad no la tiene la persona que tuvo la idea, sino la empresa que gestiona la aplicación.

“Ya ha empezado a suceder en trabajo creativo, animación o cine, por ejemplo, que si usas pedazos de contenido generados con inteligencia artificial y quieres registrar la obra creativa, no te lo están aceptando porque le pertenecen a alguien más, que es el generador de esta tecnología.”

“¿Qué está pasando en el caso mexicano? Nada”, lamentó la especialista, “Estamos en absolutos pañales hablando de inteligencia artificial y hablando de protección de datos personales, y es un tema complicado que se complicó aún más en este sexenio.”

Claudia Arruñada declaró que aunque en nuestro país contamos con una Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, el encargado de velar estas reglas es el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), y “una de las consignas de este sexenio ha sido, no solamente no actualizar o no velar por la protección de datos personales, sino que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado desaparecer ese organismo casi desde que tomó la silla”.

Y la situación, desde el punto de vista de la entrevistada, no mejorará en el próximo sexenio, gane quien gane la presidencia de la República: “¿Qué dijeron las candidatas y el candidato sobre el tema de protección de datos, de inteligencia artificial? ¡Pañales! Si acaso alguien mencionó algo, pero fue como alguna ocurrencia.”

La profesora del Departamento de Comunicación consideró necesario tratar el tema europeo, en donde, aunque no hay una reglamentación o un corpus legal muy fijo sobre inteligencia artificial, las leyes de protección de datos surten efectos en entornos digitales: “de ahí que cada vez que te metas a una página web europea te saldrá un aviso que te advierte de la utilización de cookies y se te explicará cómo se resguardarán tus datos”.

“En Europa sí está muy reglamentado que una empresa no puede quedarse con tus datos o hacer uso de tus datos si no se lo autorizaste”, dijo la experta, “Por eso, muchos creadores y creadoras de contenido en ese continente están sacando materiales de cómo meterte a pedirle a Meta que no use tus datos personales, pero de este lado del mundo vamos a buscar dicha información y, tristemente, amigos y amigas, no les va a salir nada porque de este lado del mundo no tenemos esa reglamentación.”

“Por lo tanto, a partir del 26 de junio, sí o sí se quedan con nuestra información”, advirtió Claudia Arruñada.

Aunque para la entrevistada es muy complicado dejar de ser partícipes del mundo digital dadas nuestras costumbres y responsabilidades, “estamos en un momento muy determinante, porque la realidad es que, si bien los gobiernos no hacen mucho para llevar estos temas a las mesas de discusión de los congresos o para incluirlos en reglamentaciones, la realidad es que nosotros tampoco, la verdad es que hemos dejado muchísimo el tema a un lado”.

La docente cree que además de cuidarnos y aplicar las buenas prácticas en el entorno digital, toca “empezar a alzar la voz como ciudadanos y acercarnos a los activistas digitales, que hay un montón”.

Los términos, condiciones y avisos de privacidad de Facebook, Instagram y de todo Meta cambian constantemente y muchas veces aceptamos cosas de las que ni nos enteramos, indicó Arruñada, “Les puedo asegurar que muchos no se enteraron que aceptamos cosas como la lectura de cara, y son datos biométricos, como ojos, gestos, timbre de voz…”.

Sobre lo que pasará en Meta a partir del 26 de junio, Claudia Arruñada pidió no inclinarse “al miedo o al escándalo público”, pero sí recordar a las personas que estos temas existen, y a mantenerse pendiente “de qué estamos aceptando y qué podemos hacer para protegernos de aquí en adelante”.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México definió y llevó a su reglamentación una serie de Lineamientos para el Uso de la Inteligencia Artificial con los que busca, entre otras cosas:

  1. La certificación de la autenticidad de productos elaborados por el estudiantado con fines de evaluación;
  2. Delinear principios de integridad y honestidad académica;
  3. Establecer el papel que juega la IA en los procesos de enseñanza-aprendizaje y su evaluación; y Garantizar la confidencialidad de los datos personales de los usuarios.

Fotografía: Universidad Iberoamericana

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO